Más de 3.000 religiosos y religiosas han abandonan cada año la vida
consagrada.
El dicasterio, dijo el franciscano en un texto publicado esta tarde por “L’Osservatore Romano” (titulado “¿Crisis de las vocaciones religiosas? Es culpa del «zapping»”), ha dado 11.805 dispensas en 5 años: indultos para dejar el instituto, decretos de renuncia, secularizaciones “ad experimentum”... Se trata de un promedio anial de 2.361 dispensas. La Congregación para el Clero, en el mismo periodo, ha dado 1.188 dispensas de las obligaciones sacerdotales y 130 de las obligaciones del diaconato. Todos son religiosos, por lo que, al año, representan un promedio de 376,6. Sumando estos datos con los antes citados, surge que en 5 años han abandonado la vida religiosa 13.123 religiosos o religiosas, es decir 2.624,6 cada año.
Rodríguez Carballo inauguró en compañía de su superior, el cardenal brasileño Joao Braz de Aviz, el encuentro titulado “Fidelidad y perseverancia vocacional en una cultura de lo provisional”en el Antonianum de Roma. «Cuando se tarta de identificar la causa o de proponer orientaciones, creo que es necesario hacer una radiografía, aunque breve y limitada, de la sociedad de la que provienen nuestros jóvenes, los jóvenes que se dirigen a nosotros, así como de las fraternidades que los acogen», afirmó Rodríguez Carballo. «Vivimos en un tiempo que podemos definir como el tiempo del “zapping”. “Zapping”, literalmente, quiere decir pasar de un canal a otro, gracias al control, sin detenerse en ninguno de ellos. Simbólicamente, “zapping” significa no asumir compromisos a largo plazo, pasar de un experimento a otro, sin hacer ninguna experiencia que marque la vida. En un mundo en el que todo es fácil, no hay lugar para el sacrificio ni para la renuncia u otros valores semejantes. En cambio, estos están presentes en la elección vocacional que exige, por lo tanto, ir en contra de la corriente, como la vocación a la vida consagrada».
Vatican Insider
El dicasterio, dijo el franciscano en un texto publicado esta tarde por “L’Osservatore Romano” (titulado “¿Crisis de las vocaciones religiosas? Es culpa del «zapping»”), ha dado 11.805 dispensas en 5 años: indultos para dejar el instituto, decretos de renuncia, secularizaciones “ad experimentum”... Se trata de un promedio anial de 2.361 dispensas. La Congregación para el Clero, en el mismo periodo, ha dado 1.188 dispensas de las obligaciones sacerdotales y 130 de las obligaciones del diaconato. Todos son religiosos, por lo que, al año, representan un promedio de 376,6. Sumando estos datos con los antes citados, surge que en 5 años han abandonado la vida religiosa 13.123 religiosos o religiosas, es decir 2.624,6 cada año.
Rodríguez Carballo inauguró en compañía de su superior, el cardenal brasileño Joao Braz de Aviz, el encuentro titulado “Fidelidad y perseverancia vocacional en una cultura de lo provisional”en el Antonianum de Roma. «Cuando se tarta de identificar la causa o de proponer orientaciones, creo que es necesario hacer una radiografía, aunque breve y limitada, de la sociedad de la que provienen nuestros jóvenes, los jóvenes que se dirigen a nosotros, así como de las fraternidades que los acogen», afirmó Rodríguez Carballo. «Vivimos en un tiempo que podemos definir como el tiempo del “zapping”. “Zapping”, literalmente, quiere decir pasar de un canal a otro, gracias al control, sin detenerse en ninguno de ellos. Simbólicamente, “zapping” significa no asumir compromisos a largo plazo, pasar de un experimento a otro, sin hacer ninguna experiencia que marque la vida. En un mundo en el que todo es fácil, no hay lugar para el sacrificio ni para la renuncia u otros valores semejantes. En cambio, estos están presentes en la elección vocacional que exige, por lo tanto, ir en contra de la corriente, como la vocación a la vida consagrada».
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